5 de mayo de 2014

CRÓNICAS DE LACASTA II: PUENTE DE MAYO 2014

Esta Nueva entrada Tiene Que ver Con Las Novedades castinas, Que Este Es el gentilicio o demónimo de Lacasta, acaecidas el Pasado puente de mayo de 2014.



En Relación Con Los Proyectos en el Grupo de facebook, surgió la necesidad de reunirnos Sobre El Terreno Para poder conocernos personalmente y plantear inquietudes, proyectos e ideas. 


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Hay Que Decir Que La llegada fué ciertamente desagradabe. Hacia Tiempo Que No íbamos por allí y nos sorprendió encontrar Las Puertas abiertas y tres cabras dentro de la casa, una ventana rota y el panorama típico de los restos de un naufragio. Después de evaluar los daños nos dimos una vuelta por el pueblo para comprobar el mismo modus operandi en el resto de casas que se suponía deberían estar cerradas con llave. Bueno, este e un dato interesante que deben conocer todos aquellos interesados en los pueblos abandonados, no para desanimarse sino para tomar las medidas adecuadas con el fin de evitar estas situaciones. Afortunadamente, los daños son exclusivamente económicos, si bien cuantiosos, y los autores tendrán que aprender la lección antes o después, así que dejaremos al universo que se ocupe de ello y no hay más comentarios al respecto.



Lo Importante del Asunto es Que van cuajando algunas ideas, buenas ideas, así que animo a aquellos lectores interesados en repoblar realmente (no sólo en curiosear), que tengan un proyecto o idea y sean conscientes de que necesitan recursos propios para ponerlo en marcha, que se incorporen al grupo de facebook para ver como podemos encajarlo y ayudarles entre todos.

(*) Por Cierto,  un inciso. Agradezco al virus de turno el mecanismo que cambia las mayúsculas y elimina palabras aleatoriamente, es muy divertido tener que escribir las cosas veinte veces. Gracias, gracias. Os pido disculpas si se cuela algún gazapo (creo que ya lo solucioné).

Quiero decir que hemos encontrado el valle precioso de verde y fronda. Los campos de cebada espigan con ondulantes reflejos y semejan la brisa sobre un mar en calma, el cielo, con millones de estrellas por la noche, durante el día es de un color índigo intenso (y sin Chemtrails sobre nuestras cabezas, , extraño fenómeno al que no estamos habituados). El camino estaba transitable y pudimos vadear el río sin problemas a pesar que que había bastante agua.


Así enterraban a los ilustres en la Edad Media, orientados N-S en los pies de la iglesia.

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Pudimos comprobar que cada vez hay más gente concienciada con la necesidad de un cambio de dirección en su vida y que el medio rural, por las condiciones naturas que ofrece es una alternativa más que recomendable. Dado que la visita, debido a las circunstancias, ha sido más breve de lo que debería, habrá que volver a repasar y rematar algunas cuestiones. Uno de los temas principales, que más preocupa a las personas interesadas ya los propietarios es cómo se gestionan los intereses de unos y otros para hacerlos converger en una misma dirección. Por mi parte, creo ver una solución bastante  fácil y coherente. Si nos remontamos a las épocas en que el "sistema" no existía como tal y estudiamos la forma en que se organizaba la sociedad rural podemos encontrar ideas. Veamos que pasaba en la Edad Media. Simplemente, existía un sistema feudal donde la tierra siempre era de un señor que poseía, de paso, todo lo que había en ella, personas incluidas. Existía un sistema jerárquico de poder en cuya cúspide había un rey y un entramado simple de instituciones intermedias basado en influencias y poder relativo (señores feudales, gobernadores, clero, etc). Ciertamente, era un sistema bastante descentralizado que obligaba al rey a tener a su gente contenta, cosa que no ocurre hoy en día. Bueno, pues, si eliminamos lo que no nos gusta de este modelo e introducimos un mayor gradiente de participación ciudadana para equilibrarlo, creo que podemos llegar a perfilar una solución positiva y viable. Si en la Edad Media existían vasallos (hombres libres) y señores (mandamases), donde el intercambio consistía en que el señor proporcionaba tierra y protección a cambio de un impuesto en especie como parte de la cosecha, en el nuevo modelo de planteamiento cooperativista el vasallo debería ser, además, propietario o usufructuario, no solo del producto sino del bien inmueble, si bien no a título personal para evitar la posible tensión especulativa de "tener o no tener"... ¿cómo lo resolvemos? Se me ocurre la posibilidad de utilizar la figura de la Asociación como elemento articulador que pueda ser a la vez partícipe de la propiedad (ya se verá cómo) y, a través de ella los propios socios, así como receptora de una parte de los rendimientos de la producción, recurso con el que se puedan gestionar los intereses comunitarios. Se trata de un sistema de participación más ecuánime que evite la acumulación y la especulación permitiendo, al tiempo, establecer garantías sobre los valores creados y las inversiones realizadas a título individual. Lo veo complejo pero no imposible.




Vista de San Jorge desde la iglesia.



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